A veces -incluso cuando las previsiones anuncian una lluvia inminente- lo único que quieres es ponerte tus nuevas botas de ante. Y a veces (o muchas veces) esa actitud acaba por perjudicarte y tus queridos zapatos se empapan. He aquí cómo manejar la situación sin llamar mucho la atención, por cortesía del experto en cuidado de zapatos Jason Markk, cuyo propio kit de limpieza de gamuza acaba de ser lanzado la semana pasada. (No te preocupes, Markk no espera que lleves su kit allá donde vayas; tiene una versión de segunda mano que te servirá de ayuda hasta que llegues a casa).
Primer paso: borrar
«Lo mejor que puedes hacer es coger una toalla de microfibra, o en el peor de los casos, algunas toallas de papel o incluso papel higiénico, y secar el ante. El objetivo es absorber la mayor cantidad de agua posible lo antes posible. Si dejas que el ante se seque por sí solo después de estar empapado, tendrás problemas. Cuanto antes los cuides, mejor».
Segundo paso: cepillar
«Lo ideal es que tengas un cepillo de cerdas suaves en el cajón de tu escritorio. Si no es así, corre a la farmacia y consigue un cepillo de dientes de cerdas suaves/medias. Cepilla la gamuza de un lado a otro durante uno o dos minutos».
Paso 3: Secar
«Si puedes acceder a un secador de mano, sigue cepillando el ante de un lado a otro bajo el secador, pero sólo después de haber secado. El objetivo es reavivar la siesta del ante antes de que se seque y endurezca, momento en el que será muy difícil de salvar».
Cuarto paso: Revivir
«Cuando llegues a casa, coge un cepillo de cerdas de caballo suaves y cepilla el ante de un lado a otro como hiciste con el cepillo de dientes antes. A continuación, coge una goma de borrar para gamuza y aplica una presión ligera o media en toda la parte superior de la gamuza. Esto no sólo ayudará a eliminar la suciedad, sino que también ayudará a levantar la siesta del ante humedecido. Termine con más cepillado. Si la suciedad persiste, utilice una solución limpiadora destinada al ante, siguiendo cuidadosamente las instrucciones».
Paso 5: Proteger
«Una vez que tus zapatos se hayan secado y limpiado, toma medidas preventivas aplicando un repelente de agua y manchas para que sea más fácil lidiar con ellos la próxima vez que te sorprenda la lluvia».
Y ahí lo tienes. Permiso para volver a ignorar el pronóstico, concedido.